Rafa forma parte del alma de esta casa desde hace muchos años

Rafael Vazquez

Él valora especialmente poder trabajar cerca de casa, al lado, ya que es vecino de Elciego, y rodeado de gente que siente como suya. Porque además de compañeros, en Muriel ha encontrado amigos con los que ha compartido muchas horas de trabajo y también alguna que otra caña: que no vino, porque, como él mismo dice, “yo vino, lo justo”.

Amante del deporte, durante años ha sido un entusiasta jugador de pala, aunque reconoce que el ritmo ya no es el de antes. Ahora prefiere disfrutar de las cosas con más calma: su mujer, Josune, su madre —que a sus 90 años sigue yendo a la huerta— y esos momentos sencillos pero que tanto aprecia.

Y es ahora, a punto de jubilarse, tiene claro que su nueva etapa la dedicará a lo que más le gusta: el campo, la familia y sus aficiones, como la soldadura, que siempre le ha apasionado.

Rafa representa esa mezcla de humildad, oficio y autenticidad que define a Muriel. Porque personas como él son las que hacen posible que cada día sigamos construyendo algo más que una bodega: una familia.

Gracias, Rafa, por ser parte de nuestra historia. Disfruta de tu más que merecida jubilación.